domingo, 16 de diciembre de 2012

Mañana, quizás.

"O cuando tengas tiempo".
"Después de que termines tus labores".
"Cuando te mejores".
"No te preocupes, yo tampoco podía". 
"No era urgente". 
"Entiendo, a veces esas cosas pasan". 
"Descuida, tal vez no era el momento".
"Si claro. Lo sé, pasé por eso".
"Me imagino, el tráfico".
"Si, vivimos ahora demasiado de prisa, que el tiempo se nos agota".
"Eres una persona ocupada. Suponía eso".
"No hay problema, a mi también se me estaba olvidando".

Hice ya la lista, de las posibles respuestas que sé, tarde o temprano, terminaras diciéndome, para justificar tu ya, injustificable falta y/o excusa. 
Pero que aún así, esperanzada, estaré ahí. Mirando a las personas que pasan a mi alrededor, buscando con ansia tus ojos entre la multitud. Y aunque sé. Porque realmente lo sé, que tú cabeza flota sobre parametros que no conozco, me gusta la banal y estúpida idea de "tal vez, está vez, si llegará".
Y lo harás, un día después, con una frase tan bien escrita y analizada, para que al momento no pueda refutarla, tan sólo diga "mañana, quizás", y en ese momento, tanto tú como yo, sabremos que ya no habrá. 

jueves, 29 de noviembre de 2012

I love you more than you'll ever know.



Espero algún día, en algún lugar, si es que decides voltear a verme, lo leas y sepas la realidad. 


"Te amaré como un ladrón ama una galería, y un cuervo ama un asesinato. 
Como una nube ama los murciélagos y una gama ama a Braes. Te amaré como la desgracia ama a los huérfanos, como el fuego ama la inocencia y la justicia ama sentarse y mirar, mientras todo va mal. 
Te amaré como un campo de batalla ama a los hombre jóvenes, como las pastillas de menta ama tus alergias, y te amaré como la cáscara de plátano ama el zapato de quien fue alcanzado por una teja caída de la casa. Te amaré como el departamento de voluntarios de bomberos ama precipitarse en un edificio en llamas, y como el edificio en llamas ama cazarlos mientras van de salida, y como al paracaidísta ama brincar del blimp, y el operador del blimp, perseguirlo. 

Te amaré como una daga ama la espalda de una persona, y como esa persona que ama usar túnicas a prueba de dagas,  y como la túnica a prueba de dagas ama ir al centro de lavado en seco, y como cierto empleado del servicio de tintorería le encanta quedarse hasta muy tarde mirando a través de binoculares la fábrica de dagas, con la esperanza de encontrar un ladrón, y como el ladrón que ama acercarse a escondidas a cierta persona que usa binoculares y de repente darse cuenta que ha dejado su daga en casa. 

Te amaré como un cajón ama su compartimiento secreto, y como el compartimiento ama su secreto, y ese secreto ama hacer jadear a una persona, y como esa persona jadeante ama tomar una copa de coñac para calmar su ansiedad, y esa copa de coñac ama hacerse añicos en el suelo, y al ruido de los cristales rotos aman hacer gritar a otra persona, y esa otra persona ama tener cerca un escritorio para poder apoyarse, aunque al apoyarse presione un palanca que ama abrir un cajón y revelar un compartimiento secreto. Te amaré hasta que tales compartimientos secretos se descubran y abran, y hasta que todos los secretos dejen jadeando al mundo. Te amaré hasta que todos los códigos y corazones hayan sido rotos, y hasta que cada anagrama se descifre. 

Te amaré hasta que todos los incendios se extingan y hasta que cada casa se reconstruya con el más hermoso y más suceptible de los bosques, y hasta que cada criminal sea esposado por el más perezoso de los policías; te amaré hasta que la "M" odie las serpientes, y "J" la gramática, y te amaré hasta que la "C" se de cuenta que la "S" no es digna de su amor, y hasta que la "N" se de cuenta que no es digna de la "V". Te amaré hasta que el ave odie el nido, y el gusano odie una manzana, y hasta que la manzana odie un árbol y el árbol odie un nido, y hasta que un pájaro odie un árbol y una manzana odie un nido, aunque honestamente no puedo imaginar mi última ocurrencia y no importa cuanto lo intente. 

Te amaré a medida que envejezcamos, lo cual acaba de ocurrir, y está pasando de nuevo, y sucedió hace varios días, continuamente, y durante varios años antes de eso, y continuará sucediendo mientras las manecillas de cada reloj y las páginas de cada calendario marquen el paso del tiempo, excepto por los relojes que la gente ha olvidado en el viento y los calendarios que no pusieron en un lugar visible. Te amaré hasta que nos encontremos cada vez más lejos el uno del otro, dónde una vez estuvimos tan cerca que podría deslizarse una pajilla curveada o una cuchara larga y delgada entre nuestros dedos y labios, respectivamente. 

Te amaré hasta que las probabilidades de correr uno dentro del otro sea un desliz de poco a cero, y hasta que tu rostro se empañe de la memoria que estará distante, y tu memoria enfrente a la distante neblina, y la memoria nublada por una distante cara, y tu distancia se distancie de una memoria memorizada por una neblina brumosa. 

Te amaré sin importar a dónde vayas o a quien veas, sin importar a quien evites y a quien no quieras ver, y sin importar quien te vea evitando a dónde vayas. Te amaré no importando lo que te pase, y sin importar como descubra lo que te pase, y sin importar que me pasé a mi, mientras descubro ello, y ahora importa como estoy descubriendo después de lo que me suceda a mi por descubrir esto". 
Lemony Snicket


martes, 20 de noviembre de 2012

Amor evolucionado.

Mensajes.
Mensajes de textos dos vías.
Mensajes de whatsapp.
Mensajes de blackberry msn.
Mensajes múltimedia.
Mensajes en facebook.
Mensajes directos en twitter.
Llamadas.
Llamadas a celular.
Llamadas a teléfono fijo.
Llamadas por skype. 
Publicar canciones en facebook.
Publicar canciones en twitter.
Las visitas cada tercer día.
Las salas de cine.
El cine en casa.
El café.
El bar y los amigos.
El paseo en el mall.
Los fines de semana obligatorios.

Eso resume una relación en el 2012.
Y no.
No es el amor.
Porque lo mismo que siente persona del medievo enamorada.
Lo siente un teenager del nuevo milenio. 

La sensación no cambia.
La feniletilamina. La dopamina. La norepinefrina.
Son las mismas.
Siguen estando ahí, listas y esperando para ser disparadas y hacerte enloquecer. 

Y no está mal empleado el uso de la palabra.
Sólo que ahora, nos hemos dado cuenta que puedes amar no sólo a las personas.
El concepto es más complejo y no está guiado en una dirección.
Más bien tiene vertientes. El amor a la vida. El amor al arte. El amor a la música o los animales.

Las relaciones no son difíciles. Ni las personas.
La diferencia del amor de antes, o ese amor que suelen llamar "real" al de ahora es que antes, no sabían del individualismo. No conocían las metas propias. Ni las aspiraciones. Uno puede amar al prójimo y amarse a si mismo. Amar a los demás, amar el mundo.

Lo que sucede también es que no entendemos que tantos medios de comunicación sirven para facilitar ese amor, pero algunos no sabemos como usarlos.
Mientras que unos tenían que esperar semanas para recibir una carta, ahora un mensaje, en 0.05 segundos le llega a la persona que quieres.

El amor de ahora, sigue siendo igual de puro que el de antes.
Agradezcamos la facilidad que las sociedades modernas nos han dado de poder elegir a nuestras parejas.
Agradezcamos que puedes ser tan libre como quieres.
Agradezcamos amar intensamente.
Agradezcamos el drama que se vive por amor.
Agradezcamos que aún, hoy, alguien, nos ama. 



W.D.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Uno no se va, se esconde.


De recuerdos húmedos en sueños vívidos. 
De bocinas mojadas por el sudor de la música.

De vasos que insisten en chocar para brindar sobre lo inexistente.
De besos.
Besos robados, besos creados a propósito, besos olvidados, besos que devoran las entrañas del alma, besos imaginarios y lenguas escurridizas.  
De copas de vino derramadas en la sala por la torpeza de tus manos que buscaban encontrar las mías. 
De todos los caminos que, más que llevarme a Roma, me llevan a ti. 
De ideas que has implantado con detalles explícitos de acciones que, espero algún día se vuelvan realidad.

De reflectores que buscan mis huellas, que me rastrean y olfatean, que desean encontrarme.
Pero yo no quiero que me vean.
No estoy escapando, me estoy escondiendo.
Esperando sigilosamente ese momento.
En el que dos es uno, y uno es nada.

lunes, 29 de octubre de 2012

You'll never see the courage I know.

¿Y si quiero cometer doscientos errores?
Hacerlo a propósito. Perder el tiempo.
Deberías de correr ahora que puedes.
Deberías intentar desaparecer.
Y no es que esté pensando en cazarte.
Todos vuelven, siempre vuelven.
Así sea por una noche o por una vida.
Todos regresan.

¿Te atreverías a detenerme?
A decirme que no puedo ni debería seguir.
Que ya no force ni me acerque al límite.

Hay algo dentro de mi que incita a que
prueben una y otra vez. 
Nunca voy a ser suficiente.
Es la bestia que vive en mi.
Es el monstruo que seduce.
Soy yo.

Aunque los gusanos en mi cabeza me sigan diciendo que continúe.
Y las ideas hagan surcos en mi cerebro. 
Y no sea lo que quieres que sea, porque soy quien debería ser
¿o quien tiene que ser?


viernes, 19 de octubre de 2012

Mi pendeja relación.


Es pensar que hay algo pero al final no hay nada.
Es imaginar cosas que no existen, pero al final ahí siguen.
Es decirte mil veces que te necesito para mi, en anagramas ocultos en mis labios.
Labios que no pruebas, que no conoces, que sólo has visto. 


Es no saber de ti un día, y perder el hilo de la existencia.
Es dedicarte canciones discretamente sin que sepas que es para ti.
Es sonreír estúpidamente ante tus letras.
Es sonrojarme en la distancia. 

Olvidar el mundo y ser tuya. Aunque no estés siempre, aunque llegas y te vas.
Darte todo el tiempo. 


Es quererte, es saber que puedo llegar a amarte, y finalmente te rechazo.
Rechazo la posibilidad. Destruyo las ilusiones. Rompo los castillos.
Desaparezco las imágenes.
Así cómo yo. 

Me escapo.

Porque le temo a la falta de libertad. Le temo al encierro.
Temo que todo eso que he levantado. Ese hedonismo propio se acabe y entregue
la mitad de mi, para recibir la mitad de ti.
Eso que necesito.

Necesito.
Ne ce si to.
Todo.
Lo que no existe, porque no hay, porque no es verdad, aunque está presente.
Pero sé que me tienes, sé que lo sabes, sabes que estoy ahí para ti.
Mientras tú, tu estás para ti.
Sólo para ti.
Para tu vida.
Para tu otra vida.
Para el mundo.
Menos.
Menos para mi.
Porque no somos, lo parecemos.
Lo parezco.

Mi pendeja relación resulto ser con alguien dónde yo si estoy y el... El allá.
Mi pendeja relación no es real.
Mi pendejez lo es.
Y es un circulo, del que huyo, del que corro.
Y regreso. 


domingo, 7 de octubre de 2012

Tie me up.

... y todo se convirtió en un sueño.

En unas manos.
Que giraban a mi al rededor.
Que rodeaban tu cuello.
Que te presionaban a mi.
Unos segundos y la noche nos comenzó a unir.

Sonreí.
Me miraste.
El amanecer trajo consigo, los besos a escondidas.
Y cuando menos lo pensé, nos trasladamos a otro mundo,
dónde nadie nos vería, dónde de mi nadie sabe.
Perdí la decencia, y tu la consciencia. 

Inundamos las paredes de agua salada.
Recorriste mis tatuajes como queriéndolos hacer.
Escribí recuerdos en tu pecho.
Destruimos el sentido, y lo rehicimos una y otra vez.
Hasta que ya no existió.
Hasta que ya no podías respirar.
Hasta soñar en el tiempo que teníamos encima y nos obligaba regresar a la realidad de la que habíamos huido.

Sin remordimientos.
Sin dolor.
Hedonismo puro. 





lunes, 24 de septiembre de 2012

Sinfonía sin número de Otoño.

Durante mis casi 25 años de habitar el planeta tierra, la única estación del año que me hace sentir plena es el otoño.
Tiene un encanto espectacular. Un frío singular, un aíre de misterio en todos lados.
Desde las tonalidades de los árboles, hasta el pasto.
Parece, que nosotros mismos, cambiamos sólo para el otoño.
Dejan de existir los colores chillantes llenos de esa supuesta felicidad y alegria que habían llegado con el verano y primavera.
Se innunda de verdes opacos, grises, cafés en todas sus gamas, negros, blancos.

Me gusta despertar con las ventanas frías.
Me gusta tomar café y fumar un cigarro.
Me hace sentir bien.

Por otro lado, sufro la maldición de la melancolía.
Me es más fácil escribir. O sentirme triste por tonterias.
Me enamóro más que antes, pero de igual manera, lo sufro. 

No me queda más que disfrutar, mis 25 otoños, la tristeza adquirida, y el saber que no habrá un nosotros. 

jueves, 20 de septiembre de 2012

Te vi.


El problema con dejarse llevar es que no me limito. 
El problema con no limitarme es... bueno, lo es todo.

Y es que la inexistencia de un límite en mi vida, resulta excitante.
[Mientras yo siga controlando mis impulsos]
Pero, cuando no hay límite, referido a otra persona... Eso, es exactamente eso, lo que jode mi existencia. 

¿Dónde se queda mi egoísmo?
¿Dónde perdí el vale madrismo a los demás?
¿En qué momento abandoné mi orgullo?

Las putas preguntas de siempre, con la misma pinche respuesta. 

No sé como controlar ese impulso de satisfacer a alguien más. 
Porque si quieren la luna, la luna la consigo.
Y si se te antoja el mar Mediterráneo, hasta allá te llevo.
O si necesitas 5 horas de mi sueño, traducido en vigilia a tu lado, ahí estaré.

Aunque al final del día, sé que no existo. 
No estoy contemplada en ese mundo de posibilidades. 
Sólo soy alguien, que se ha cruzado más en tu vida. 
Como ser la nada.

Y podría gritarte las mil maneras, porque podría ser yo.
No escucharás.
Y yo me cansaré. 

La batalla, una vez más.
Ha sido en vano. 

domingo, 16 de septiembre de 2012

60 feet tall or maybe 100.

Las distancia entre las palabras que forman un escrito me llaman la atención.
Tan cerca y tan lejos unas de otras. 
Uniendo lo que desde las entrañas del universo intentamos dar a entender y aunque a veces el tema se cambie y aparentemente se alejan, siguen estando más cerca de lo que puedes creer. 

Aún más pegadas de lo que las personas suelen estar.

Y es que esto tiene que ver contigo, y con él, y con ellos. 
Porque todos terminan formando parte de mi. 
Y entonces es todo realmente.

A veces desearía que fuera nada. 
A veces quisiera tan sólo sorprenderme por las palabras.
Inundarme de sus significados.
A veces quisiera que no fueras tu.