Me senté a escribirle al viento.
Me senté a escribirle al tiempo.
Me senté a escribirle al pasado.
Le dedique unas palabras al presente.
Y puse los puntos suspensivos del futuro.
Me senté con toda la disponibilidad de llenar el papel con letras que nadie nunca entiende.
Sólo yo.
Sólo él.
Me senté a escribirte a tí, querido.
Por lo que fuiste y ahora eres.
Por la esperanza que finalmente se deshizo.
Me senté a escribirle a mis fantasmas.
Fantasmas que en su momento amé, en su momento temí y ahora sólo les sonrío.
Esto es para tí.
Para él, para ellos.
Esto es para todos.
Aquellos seres que me mostrarón todo lo que ahora sé.
A mis amores fugaces. A los que acompañaron mi soledad, y a los que se encarnaron en mi existencia.
Por los que recorrí escenas. Por los que imagine vidas. Por los que vi el infierno. Por los que me hicieron tocar el cielo.
Por los que enfriaron mi existencia, y por los que calentaron mi cabeza.
Por los lejanos, por los cercanos, por los imposibles, y por los que me negué.
Por los que me tuvieron a su lado, y sólo me contemplaron.
Y por los otros, que aprovecharon cada milimetro de mí.
Por los que me enseñaron la lujuria del alma, y a los que les enseñé mi lujuria.
A ellos, que se cruzaron en mi camino, nos alejamos y nos volvimos a encontrar.
Nos encontramos.
A ti, por el encuentro.
Porque aún recuerdo todo como si hubiese sido hoy. Hace rato. Una mañana. Esa mañana.
Porque fue el mejor reencuentro.
Porque apesar de todas las heridas, cicatrices, rupturas, caidas al vacio, la habitación obscura,
la constante negación, el existencialismo, aquí estoy.
Le escribí a todos, para escribirte a ti.
Encontré tu canción.
A dónde quiero que me lleves.
http://youtu.be/-1BAxySK7OM
A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ahora si te estoy mirando