lunes, 25 de noviembre de 2013

Is like a headshot.

O despertar después de un día de lluvia con la sensación de haber ganado todo y no tener nada.
Se parece más a la taza de café que tanto deseas y cuando por fin la tienes, está fría.
A los versos que deniego a escribirte a través de mis ojos, pero al final, siempre entiendes.

Simultáneamente, me hundo, me hundes, nos hundimos.
Es que también es el barco que va a la deriva en el mar de la conciencia, en el océano de pensamientos.
Arrastrándose por la marea que no baja, que sólo sube.
Planea destruirme.
O salvarme.
O hacerme.
Rehacerme.

Esperar en la linea.
Detrás del reloj que el cuervo lleva dentro de si.
Para poder viajar entre el espacio, entre el tiempo.
Entre los sentidos y las pupilas que se dilatan, y las paredes que se mojan.
Se derriten. Me derriten.
Las ideas preconcebidas y la constante negación.

Es como el disparo del revolver que una vez me diste para compartir contigo y ahora es sólo mio.
Y así, yo decida cuando, para que diga dónde, y a qué hora.
Y estés presente. Lo sienta real, y sea real.

Quiero que lo sepas.
De alguna u otra manera, quiero que lo entiendas.
Aunque ya es muy claro.
Conexiones que no conocen el miedo.
Piezas que se acoplan.
Se caen, rebotan. Se arman otra vez.

"You make me weak so I loose my powers ough, you make me stick, to you freak to you  sweet shame , and i want you to feel the same shit".

Love alike. 



lunes, 21 de octubre de 2013

Wicked Game.

Aunque el mundo se incendie y tu puedas salvarme, mejor déjame.

Un minuto, es lo único que necesito.
Un minuto al cerrar los ojos.
Dos al abrirlos.
Porque presiento la jodidez. Lo sé.
Me protege la seguridad de saber que se acabará.
Que algún día se va a detener.
Pero cuando... ¿cuando? ¿quiero?

No conozco otra forma más que el sufrimiento.
Lo desagradable y grotesco.



Dame tres minutos. Tres minutos para prepararme.
¿Aventarme? ¿me aviento?


Que sean cinco y prometo hacerlo.

Tan sólo una hora. 


Una hora de mi tiempo con tu tiempo siendo nada.

Yo siendo todo. 

No debería ser de esta manera.
No tiene porque pasar así.
No. No. No. No.
Y es si. 
Tan si, que me tienes escribiendo, encriptado. 
Mensajes que jamás vas a leer ni saber que son para ti.


Deja vú.

Porque ya lo viví, y ya lo escuché.

Ya sé lo que viene.
Ya sé como acaba.

Lo sé.


*Lo que en mi mente resuena*
http://youtu.be/GMIF93jqRN8

jueves, 17 de octubre de 2013

Entre cigarros, café y un amanecer.


Lineas de papel, que atraviesan los muros, se pierden en el interior.
Y salen por los oídos. Se mezclan en el ambiente, te hacen sentir bien.
Recorren las montañas.
Llegan a tu casa.
Se meten bajo tu cama.
Brillan frente a mi. 

Esperar lo inesperado. Lo inesperado espera.
La última vez que celebramos, por los dos, por nosotros.
Hablo de los caminos que se bifurcan. Encuentros que parecen que jamás sucederán, y el beso que sí significo adiós. 


Esperar lo inesperado con la esperanza que nunca se muere.
Pero si se ahoga. 
Se quedó atrás. Escondida. Refugiada de las palabras que tal parece no quisiste leer.
O las leíste. Lo pensaste. Tantas veces y durante tanto tiempo que cuando quisiste correr a las vías del tren para por fin cometer el suicidio que habías considerado, porque aunque doloroso, podría ser tu salvación.
Y aunque las viste a lo lejos y percibiste su olor de hierro oxidado, y lo saboreaste como si fuese tu boca la que las lamia una y otra vez. Alucinaste el momento en el que tú cabeza se haría pedazos en ellas. Cuando por un momento pensaste que ya serían tuyas, cuando todo parecía seguro.
Las vías se movieron. 
El tren dejo de pasar enfrente de tu casa. 
Y no hubo forma de regresarlas a ti. 
En lamentos y sollozos. En otros brazos, quizás.
En otros ojos e ideas totalmente sucias, tal vez. 
Podrás consolarte. Lo haces.

Las vías siguieron su camino. 
Lejos de ti.
Más lejos de él.
Pero cerca de aquél.
Que no estaba programado. 

Que nadie lo imaginaba. 

Pero te ha fundido entre sabanas blancas y soles prófugos. 
Ha despertado deseos incontrolables de constantes nirvanas.
Te sonroja y te hace sudar.
Te derrite.
Se derrama.
Y sudan.
Una y otra vez.
Y otra más.

Hablo también en primera persona, en segunda y tercera. 
La protagonista de las historias siempre he sido yo.
Yo, la escritora frustrada, con dotes artísticos y demonios enterrados.
Que se liberan. Y seducen. Lo sedujeron. Y me gustó.
Me gustó dejarme hacer tuya.
Y saber que eres mío. 
Mi deseo único y carnal. 
Explota. 
Y sin tocarme, sin nisiquiera rozarme, enciendes los infiernos que se habían apagado.

Los 26 años llegaron llenos de lujuria. 
Lujuria que pudo ser tuya.
Que era tuya.
Porque te quedaste con mi último aliento.
Sin embargo, son de él. 
El que se desvive por mis placeres mundanos y me complace a cada momento.
Y mi piel.
Mi piel que siempre será de el otro.
El que no me toca, que no me habla, que no me ve, pero sabe que soy suya. 

domingo, 1 de septiembre de 2013

Dentro del huracán.

No intento recrear una idea, ni siquiera puedo concebirla.
Porque la misma forma y manera, es algo ilógico.
Pero si estoy viviendo.
Estoy viviendo.
Vivo.

Aunque parezca una obviedad, para mi es un misterio.
Vivir, nunca había sido mi meta.
Existir, y sobrevivir.
Cuando vives, todo esta normal.
No hay emoción, no hay sentimientos no hay nada.
No tengo nada.
Sólo vivo.
Estoy respirando.
Mi corazón aún late.
La presión arterial, y mis pupilas.
Se siguen dilatando en las noches, se contraen en la mañana.
Y las manecillas siguen corriendo.
Analizo los procesos.
La metodología de doblar la ropa.
La velocidad en la que avanza el autobús que me va a llevar lejos.
Allá.
Meticulosamente.

Estoy viviendo.
Vaciamente, estoy viviendo.
Estoy viva.

Y sólo eso.

viernes, 19 de julio de 2013

"Dile adiós a tus amigos,
dile adiós a tu familia".

Despídete con un beso en la mejilla.
Aléjate lentamente.
¿Lo sientes?
La piel despegándose.
Quedando desnuda.
Indefensa.
¿Lo respiras?
Los cigarros quemados.
Las latas de coca vacía.
La humedad que abunda en la habitación.
¿Lo recuerdas?
Los ojos cristalinos, que cuando te miraban creaban una guerra medieval en tu interior.
Las manos sudorosas por la espera.
Las luces a tu al rededor.
¿Aún lo escuchas?
El eco del bosque que grita su nombre.
Tú nombre.
Nombres.

Y dices que estoy loca.
Lo reafirmas y lo confirmas con cada acción que he hecho.
Lo soy.
Lo estoy.
Pero soy la loca que más deseas, que más anhelas.
que más necesitas pero no existo.

sábado, 29 de junio de 2013

I wanna fly away.

Sobrestimamos constantemente la presencia de las personas en nuestras vidas.
Es decir, suponemos que "siempre van a estar ahí para nosotros".
Grave error.
No siempre es así.
Y aunque lo sabemos, fundar falsas esperanzas sobre el apoyo constante de alguien que nos causará la sonrisa del día es uno de los actos más egoístas de mi generación. De tú generación, de la de todos.

Entonces, a veces, nadie está para ti, y tú estás para todos. Ergo, todos asumen que jamás te iras, porque hay una extraña seguridad de pertenencia.
Les perteneces.
Todos son dueños de ti.
De tu atención.
De tu tiempo.
De tu estima.
De tu aprecio.

En algún punto, te agota esa situación.
Y el egoísmo que ellos tienen sobre ti, tú comienzas a tenerlo... En ti.

Aislarte.
Quitarte.
Irte.

Ya es momento.
Hoy.

jueves, 13 de junio de 2013

Locura tal vez...


Y locura grande. No cualquiera, sino esa, que atemoriza. 
Que se pierde en la obscuridad y duerme durante el día.
Locura, la que es necesaria tener para poder vivir.
Locura que se convierte el motor de la vida.
Riquísima locura.

Porque amar locamente es mejor.
Porque odiar locamente es pasional.
Porque callar locamente, celar locamente, llorar locamente, reír locamente, representa todo.
Porque si nunca has experimentado alguno de esos episodios ¿realmente has estado loco?



Loco de amor, loco de vida, loco por la música, loco por el cine, loco por fotografía, loco por viajar, loco por correr, loco por el café, loco por el teléfono, loco por las calles, loco en el parque, loco por el silencio, loco de nostalgia, locura de soledad...

Locura y soledad. Estar y serlo. 
¿Ser solo y estar loco? ¿estar solo y ser loco? 

Despiertas. Te das cuenta que siempre has sido loco, y que has estado solo.
Que los últimos 25 años estuviste loco. Imaginando y alucinando las personas que caminaron a tu lado. Los que te dieron la mano. Con los que fuiste a beber, e inclusive, con quien compartiste algún ácido.
No existen.
Ni siquiera esos besos que con locura dejaste en los labios de distintos personajes que, según tú, fueron tus amantes. 
No.

La realidad ha llegado.
Las paredes blancas, y el suero que gota a gota, va entrando en tu torrente sanguíneo. 
La pequeña ventana que tan sólo muestra la rama, de lo que, asumes, es un árbol.
Y la puerta, que muestra las sombras de quien no sabes quien. 

Cerrar los ojos.
Tomar la única decisión "cuerda", que has tenido en tu existencia. 
Enloquecer. 
Enloquecer otra vez. 
Porque aunque sea loco y extremo.
Completamente visceral y ambivalente.
Dañino y un tanto asqueroso.
Decadente.
Lo peor, pero a la vez lo perfecto y mejor.
Prefieres, prefieres tener esa vida llena de sube y bajas, con llanto incluido y carcajadas sonoras,
que una tan lineal y monótona.

Pero sabes que mañana, cuando vuelvas a despertar, será el último día.
Porque tu locura, mi locura, nuestra locura está buscando llegar a dónde nadie quiere, pero todos vamos.
Porque la locura, no tiene límites tangibles, y tú, al estar loco, tampoco los tienes.
Y así es como por fin llegaste, al misterio de ultratumba. 

jueves, 30 de mayo de 2013

Extraño como los colibris y los tiburones.

El miedo clásico de lo desconocido.
A llenar el vacío con pensamientos cargados de analogías paganas.
Aunque todo se ve tan bien, siempre hay un "por qué" y "yo".

Pensé que estaba lista.
Creí que podría pasarlo.
Pensé que existía una excusa.
Y no.
No la encuentro.
No la veo.
Y me pierdo.
Mejor desaparesco.
No estoy.
Ya me fui

lunes, 13 de mayo de 2013

Deep cut



Un día, descubrí que las palabras eran una de mis cosas predilectas. 
Que si invertía mucho tiempo en ellas, era porque comenzaban a gustarme, y más allá de eso, me sentía enamorada a ellas. 
Buscaba su estética, y fonética.
Que al pronunciarlas me provocaran diferentes sensaciones.
Que la belleza de sus sonidos me siguiera atrayendo.
Y luego, la rareza de las mismas. 
Me convertí en una buscadora compulsiva de palabras que nunca antes hubiese escuchado. Que fueran únicas.

Así encontré "Saudade".
Hermosamente creada, para describir un sentimiento que resulta indescriptible, así como su traducción es intraducible, y entonces... 

<Expresa un sentimiento afectivo primario, próximo a la melancolía, estimulado por la distancia temporal o espacial a algo amado y que implica el deseo de resolver esa distancia>

Resulto ser que si existe algo que pueda definirnos, es eso.
Eres mi "saudade" de invierno, que llego a la primavera.
Que cada día me grita por dentro si todo esto se materializará o quedará en pensamientos. 
Que busca la forma de que todo sea más corto o que el tiempo no exista.
Y la distancia, la puta distancia se acorte.

O que todo pase.
Que se acabe más pronto.
Aún con el infortunio de saber, que no sucederá.
Qué entraste tan fácil, pero que me llevará una eternidad dejarte ir.


lunes, 22 de abril de 2013

Estupidez primaveral.

"And I'm too connected to you".

Para ser real, para existir.
Para que se materialice.
Para que pueda olerte.
Para dejar de soñarte.
Ansío tocarte.
Ansío tenerte.
Y extrañar tu piel.

"It's all an illusion".

Una mala.
Una muy mala.
O tal vez es tan buena.
Exquisita.
Perfecta.
Como tus ojos y tus labios.

"Apparently nothing, nothing at all".

No hay más dónde no debe de haber más.
Ni se necesita buscarle, porque no lo hay.
Aunque lo desee insistentemente.
Sólo no hay.
No es lo que quiero.
Ni lo que necesito.
-¿Qué es lo busco?
La nada.

Antes los ojos de la tragedia.
Sólo esperar.
Esperar a que el mundo decida alinearse.
A que abrace la cordura.
Y abandone la locura.
Esperar a que deje de llover.
O a que se oculte el sol.
Sólo eso.
Esperar.

jueves, 21 de marzo de 2013

En Dos

"I've become ...   impossible". 


Quiero estar contigo.
Sin que nada nos detenga.
Lograrlo de alguna manera.
Los dioses de las conexiones decidieron unirnos.
En paralelo.
En vías distintas.
En usos horarios divergentes.
Soles que se esconden y lunas que aparecen. 

La capsula de la felicidad  ha crecido.
Se sigue desarrollando en cada palabra que se escribe.
En cada beso que no  nos damos.
Los ojos verdes que se cierran apresuradamente para encontrarme.
Sin el fantasma que la última vez decidió alejarme.
Un centímetro.Un metro. Diez mil kilómetros. 


Hablo conmigo misma sobre el destino final.
La melancolía del futuro que no sucede
y que no pasará.

-Me estoy convirtiendo en un abismo.
-¿En un abismo? Más bien un agujero negro.
-En la inmensidad que tanto me asusta.
-Eres lo que temes.

En ti o en él. En ellos o el circulo contiguo de personas.
Ven más allá de lo que yo intento.
"Las estrellas no brillan igual para todos".
-Mi cielo está obscuro.
Eso explicaría muchas cosas.

Me sostengo del insomnio.
Me alimento del sonido que emanan las ilusiones ahora fracturadas.
Respiro para las notas que aún no han nacido. 
-"Me dueles más que un cover mal hecho".
-"Me dueles más que confundir trance con uk garage".
Y la espera me carcome las entrañas.
Derrite mis costillas, perfora mi espina. 
Será demasiado tarde.
Tarde como no aparecer en el café.
Como dejar consumir un cigarro y olvidar darle la última calada.

Llámalo despedida.
Tú sí, dile bienvenida.
Es que es ambos.
Te digo adiós y te digo hola.
Te doy la espalda y te abrazo.
Las cadenas que me sostenían hoy decidieron romperse.
Y aunque estoy cayendo el en infinito.
Por primera vez, sonrío. 

martes, 19 de febrero de 2013

Hacerle el amor a tu existencia.

"... bañarme en los colores de tu energía, 
masturbarme con tus recuerdos. 
Quiero perderme en tu interior". 

Y no de una manera sexual, no tanto como tomar tu cuerpo
y dejar que me tomes.
No satisfacer esa necesidad biológica de, ahora, ya placer mundano.
Conocer uno a uno tus poros. Respirar tu aliento insistente sobre mi espalda.
O renunciar a todo aquello que consideramos inapropiado, para en la oscuridad
de la recámara, hacerlo parte de esa lucha. Esa guerra de cuerpos sudorosos.
Que se exploran, que se mutilan, que se rasguñan y muerden. Insistiendo en
encontrar el punto de calor, que provoque una bomba nuclear y destruya
todos los pensamientos de odio y amor, y nuble nuestras mentes. 

No.
Porque no estoy buscando eso.
Y tú tampoco. 
Lo que quiero, es que me permitas entrar a lo más putrefacto de tu pensamiento.
Y estando ahí, sentirme cómoda. Besar cada una de tus ideas, de maneras que nadie
nunca lo ha hecho. Explorar tus miedos y angustias. Mojarme con tus sueños e ilusiones.
Internarme en los conductos dónde creas las más obscuras fantasías. Ser parte de tus utopias.
Esas que escondes de la sociedad.

Quiero liberarte y que me liberes.
Que seas uno.
Que seamos uno.

jueves, 24 de enero de 2013

Monólogo.


La confusión de sentimientos al rededor de mi cabeza. La televisión de fondo. 
La música en el mobile. La música en la laptop. El perro que aúlla. 
Mis dedos en los teclados. 

Y ahí viene. El vomito verbal.

Empezar por la decepción. Porque ahora no entiendo que era lo que había, que era lo que me hacías. Esa burbuja mágica que inició una noche de invierno y ahora, hoy, explotó. 
Y luego irnos a la indecisión. Que me causas al mirarte, sobre lo que quiero y a dónde voy.
¿Es que realmente te quiero? ¿te necesito? ¿qué deseo? 
O sólo eres eso, un deseo, un berrinche otoñal que se ha prolongado por la dificultad de tenerte a mi lado.
Y cuando imagino que te tengo, todo es monótono y aburrido. 
O más bien pongo excusas a la felicidad que ya no conozco y que he olvidado. La que ahora le temo. 
Le temo perderme en el cielo lleno de nubes que rebotan de un lado a otro. 
O me temo a mi. 
A el mal necesario que sé que soy. 
A mi propia ambivalencia e impulsividad.
A mis viscerales y enfermas decisiones. 

Porque aunque no lo creas, te estoy protegiendo. 
Sé lo que soy.
Sé lo que hay en mi.
Sé como se terminará.
Sé cuando acabará.

Y prefiero deshacerme sola en el vacío existencial.
A arrastrarte a mi mundo.