lunes, 24 de septiembre de 2012

Sinfonía sin número de Otoño.

Durante mis casi 25 años de habitar el planeta tierra, la única estación del año que me hace sentir plena es el otoño.
Tiene un encanto espectacular. Un frío singular, un aíre de misterio en todos lados.
Desde las tonalidades de los árboles, hasta el pasto.
Parece, que nosotros mismos, cambiamos sólo para el otoño.
Dejan de existir los colores chillantes llenos de esa supuesta felicidad y alegria que habían llegado con el verano y primavera.
Se innunda de verdes opacos, grises, cafés en todas sus gamas, negros, blancos.

Me gusta despertar con las ventanas frías.
Me gusta tomar café y fumar un cigarro.
Me hace sentir bien.

Por otro lado, sufro la maldición de la melancolía.
Me es más fácil escribir. O sentirme triste por tonterias.
Me enamóro más que antes, pero de igual manera, lo sufro. 

No me queda más que disfrutar, mis 25 otoños, la tristeza adquirida, y el saber que no habrá un nosotros. 

jueves, 20 de septiembre de 2012

Te vi.


El problema con dejarse llevar es que no me limito. 
El problema con no limitarme es... bueno, lo es todo.

Y es que la inexistencia de un límite en mi vida, resulta excitante.
[Mientras yo siga controlando mis impulsos]
Pero, cuando no hay límite, referido a otra persona... Eso, es exactamente eso, lo que jode mi existencia. 

¿Dónde se queda mi egoísmo?
¿Dónde perdí el vale madrismo a los demás?
¿En qué momento abandoné mi orgullo?

Las putas preguntas de siempre, con la misma pinche respuesta. 

No sé como controlar ese impulso de satisfacer a alguien más. 
Porque si quieren la luna, la luna la consigo.
Y si se te antoja el mar Mediterráneo, hasta allá te llevo.
O si necesitas 5 horas de mi sueño, traducido en vigilia a tu lado, ahí estaré.

Aunque al final del día, sé que no existo. 
No estoy contemplada en ese mundo de posibilidades. 
Sólo soy alguien, que se ha cruzado más en tu vida. 
Como ser la nada.

Y podría gritarte las mil maneras, porque podría ser yo.
No escucharás.
Y yo me cansaré. 

La batalla, una vez más.
Ha sido en vano. 

domingo, 16 de septiembre de 2012

60 feet tall or maybe 100.

Las distancia entre las palabras que forman un escrito me llaman la atención.
Tan cerca y tan lejos unas de otras. 
Uniendo lo que desde las entrañas del universo intentamos dar a entender y aunque a veces el tema se cambie y aparentemente se alejan, siguen estando más cerca de lo que puedes creer. 

Aún más pegadas de lo que las personas suelen estar.

Y es que esto tiene que ver contigo, y con él, y con ellos. 
Porque todos terminan formando parte de mi. 
Y entonces es todo realmente.

A veces desearía que fuera nada. 
A veces quisiera tan sólo sorprenderme por las palabras.
Inundarme de sus significados.
A veces quisiera que no fueras tu.