sábado, 1 de agosto de 2015

5:41 am

Escribo a obscuras con el afán de no dejar que la luz revele mis pensamientos.  Para ocultar todo lo que llevo, tal vez,  demasiado dentro.
Por aquel día en el que alguien  hizo lo mismo. Para respirar en secreto. 

Escribo a obscuras para que mis ideas vuelen libre se desplacen bajo el cielo,  para que la luz no borre ninguno de mis secretos.  Para el destino que día a día me parece más incierto. Para que mi demonios salgan de paseo. 

Escribo a obscuras y en silencio. Que mi pluma sea la única testigo de este nuevo encuentro.  Porque los sueños no revelan aquello que tememos. 

Escribo a obscuras para ti. 
Para que puedas estar más adentro. 

Escribo a obscuras con el riesgo de no entender que dije,  que hay,  o que tengo.

Escribo a obscuras para desatar mi cerebro.  Que fluya,  que deje en el papel aquellas cosas que ya no quiero.

Te dejo entonces aquí. 
Te escribo. 
Te anhelo.
Te vuelvo a dejar. 

Escribo a obscuras para ir mis dudas.  Para quedar con la mente vacía. 
Para el desapego. 

Escribo a obscuras porque ya está amaneciendo.
Te escribo. 
Te veo. 
Te escucho. 
A obscuras y en nuestro silencio.