martes, 19 de febrero de 2013

Hacerle el amor a tu existencia.

"... bañarme en los colores de tu energía, 
masturbarme con tus recuerdos. 
Quiero perderme en tu interior". 

Y no de una manera sexual, no tanto como tomar tu cuerpo
y dejar que me tomes.
No satisfacer esa necesidad biológica de, ahora, ya placer mundano.
Conocer uno a uno tus poros. Respirar tu aliento insistente sobre mi espalda.
O renunciar a todo aquello que consideramos inapropiado, para en la oscuridad
de la recámara, hacerlo parte de esa lucha. Esa guerra de cuerpos sudorosos.
Que se exploran, que se mutilan, que se rasguñan y muerden. Insistiendo en
encontrar el punto de calor, que provoque una bomba nuclear y destruya
todos los pensamientos de odio y amor, y nuble nuestras mentes. 

No.
Porque no estoy buscando eso.
Y tú tampoco. 
Lo que quiero, es que me permitas entrar a lo más putrefacto de tu pensamiento.
Y estando ahí, sentirme cómoda. Besar cada una de tus ideas, de maneras que nadie
nunca lo ha hecho. Explorar tus miedos y angustias. Mojarme con tus sueños e ilusiones.
Internarme en los conductos dónde creas las más obscuras fantasías. Ser parte de tus utopias.
Esas que escondes de la sociedad.

Quiero liberarte y que me liberes.
Que seas uno.
Que seamos uno.