He intentado escribirte una carta.
He intentado verte en sueños.
He intentado abrir mi corazón a nuevos deseos.
He intentado desearte buenas noches.
He intentado romper las neuronas estáticas de mi ya destrozado cerebro.
He intentado llorar mares de sangre rosa, porque la decadencia es colorida.
He intentado responderte los mensajes de texto.
He intentado brincar las paredes rocosas de tu insensible y muy dañado ser.
He intentado mantener a flote los traumas que tus besos falsos me causaron.
He intentado contestar el teléfono de tus llamadas insistentes que quieren saber cómo estoy. *no estoy.ni siquiera soy*.
He intentado donar mi estela de luz a la vida que se ha ido.
He intentado apagar mi existencia.
Rebotarla. Reabrirla. Resanar.
He intentado entender porque hoy. Por qué tú. Por qué él. Por qué ellos.
Por qué tan pronto. Por qué tan doloroso.
Por qué es imborrable. Porque es inmanejable.
Por qué las luces de amor se apagan y las luces de la esperanza se prenden. Por qué la selección natural es tan aleatoria y dañina. Por qué no puedo tomar leche.
Por qué fui yo a la que le mostraste que enamorarse no vale la pena. Por qué me sigo arrepintiendo.
He intentado desearte buenas noches. Decirte que te quiero. Que hoy aún te extraño. Que me pesa tu ausencia. Que mi alma se rompió el día que tú te fuiste.